La musicoterapia es un abordaje terapéutico experiencial basado en la vivencia de/en la relación. Por lo tanto, el uso clínico de intervenciones con recurso a experiencias y actividades musicales, basado en evidencias clínicas y científicas, facilitada por un profesional de musicoterapia, que permite lograr los objetivos y las metas identificadas dentro de una relación terapéutica.
La musicoterapia, de acuerdo con la Comisión de Práctica Clínica de la Federación Mundial de Psicoterapia en el VII Congreso Mundial de Musicoterapia, es el uso de la música y/o sus elementos (sonido, ritmo, melodía, harmonía) por un Musicoterapeuta cualificado con el cliente o grupo, en un proceso de facilitación y promoción de la comunicación, la relación, el aprendizaje, la movilización, la expresión y la organización, así como otros objetivos terapéuticos relevantes en el sentido de alcanzar necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas. La musicoterapia objetiva desarrolla y/o reestablece funciones del individuo para que él pueda alcanzar una mejor integración intra y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida para la prevención, rehabilitación o tratamiento.
– Promover la toma de conciencia y desarrollo de la identidad corpo-sonoro-musical de sí y del otro y los otros;
– Crear condiciones facilitadoras para el contacto psicofisiológico, la consciencia y la rel-acción, en cuanto a movimientos internos de la persona y del o en el grupo;
– Desarrollar y/o potenciar las habilidades personales como la escucha, la aceptación, la empatía, la expresión, la imaginación, la creatividad y la actitud transformadora;
– Desarrollar la comunicación, la expresión y la relación.
– Identifican las áreas psicológicas, afectivas, emocionales, cognitivas, comportamentales, de salud física, funcionamiento social y comunicación entre otras, que emergen en el proceso relacional y se identifican en el transcurso de la experiencia de la relación terapéutica.
– Planifican las sesiones de musicoterapia en función de las necesidades del cliente o del grupo, sus preferencias musicales y tipo de actividad musical, tales como: improvisación, escucha musical, escritura de canciones, la discusión de letras, música y actividades imaginativas, actuación musical y aprendizaje musical.
– Participan en la planificación del tratamiento interdisciplinar, en la evaluación continua y el acompañamiento y la monitorización de la intervención.
La musicoterapia promueve una mejora de la relación intra-personal e interpersonal, permite al cliente la oportunidad de compartir sus sentimientos, mejora las cuestiones relacionadas con las dificultades de aprendizaje, facilita el desarrollo de la memoria a corto y largo plazo, promueve la comunicación auténtica, reduce el estrés y la ansiedad, aumenta las competencias sociales y de interacción, mejora la concentración, ayuda a aliviar el dolor, ayuda a mejorar la respuesta del sistema inmunológico, mejora la coordinación motora, auxilia en la rehabilitación física, apenas tiene efectos secundarios adversos y puede ser utilizada en conjunto con otros tratamientos y terapias.
Todas las sesiones de musicoterapia son diferentes, pues emergen situaciones y experiencias diferentes en el aquí y ahora de la experiencia de la persona y son realizadas en un encuadre terapéutico que posibilita las experiencias activas.
No obstante, existe un formato que orienta los presupuestos iniciales de la intervención en musicoterapia. De este modo, el terapeuta buscará un conocimiento inicial con el otro, para identificar junto con las personas sus necesidades o el motivo por el que ha acudido a la musicoterapia, el transcurso de las experiencias “corporo-sonoro-musicales” y las preferencias musicales entre otras.
Este inicio comienza con un simple proceso de conversación, cuando es posible verbal, pues en las áreas de las dificultades comunicativas, la musicoterapia es utilizada como terapia no verbal.
Estos descubrimientos iniciales son la guía para el trabajo terapéutico subsecuente.
En otros momentos podemos iniciar con las experiencias musicales para la facilitación de la expresión emocional y de sentimientos e identificación de nuevas cuestiones en su transcurso.
Las sesiones individuales tienen una duración aproximada de 45-50 minutos; las sesiones grupales suelen ser de entre hora y media y dos horas de duración.
¿Es necesario tener conocimientos musicales?
¡No! La experiencia corporo-sonoro-musical es inherente a todas las personas. Y es a partir de ésta y de la relación establecida que la musicoterapia puede beneficiar a todas las personas.
¿Ciertos tipos de música son más terapéuticos que otros?
Todos los estilos de música pueden ser útiles para efectuar un cambio en la vida de un cliente. Las preferencias de cada individuo, circunstancias y necesidades del tratamiento y los objetivos del cliente ayudan a determinar los tipos de música que se utilizarán.
– Personas con formación de posgrado o Maestría en Musicoterapia con un año de práctica clínica y supervisión.
– Currículums que se ajustan a las orientaciones de formación clínica y profesional de acuerdo con los criterios de certificación de cada país y la Confederación Europea de Musicoterapia (http://emtc-eu.com/).
– Profesionales graduados y certificados como musicoterapeutas por instituciones que respete los criterios de certificación de la Confederación Europea de Musicoterapia.